Eduardo Enseña, más conocido como Barbarrala, pirata de profesión, ha presentado una queja formal en el buzón de sugerencias de la sede del Banco de España en la que manifiesta su profunda decepción con las Letras del Tesoro. El bucanero se siente estafado ya que cuando un director de sucursal del Banco Santander le convenció para adquirir Letras del Tesoro pensaba que se trataría de un mapa o puzzle y que al ordenar dichas letras en el orden correcto se revelaría algún tipo de marca que señalaría el lugar donde se encontraba enterrado “el tesoro de los cojones”.

Un timo

Barbarrala califica de abuso que no sólo no haya recibido ningún mapa por parte de la entidad financiera sino que ha tenido que desembolsar dinero. Eduardo Enseña se siente confuso porque contaba con el tesoro para cambiar de galeón pirata “que ya me gasto más en talleres que en lo que me costaría un barco nuevo, pero claro, tampoco te vas a meter en una inversión así sin garantías, con los tiempos que corren, que ya se sabe que los autónomos vivimos en el alambre”, comenta Barbarrala a través del loro posado sobre su hombro izquierdo. El filibustero admite que le extrañó que en la barra del banco no le quisieran servir una botella de ron a menos que domiciliara la nómina. “No degollé al tipo que contaba billetes porque entre el cristal protector y que con el parche en el ojo he perdido visión tridimensional iba a ser un follón”, confesaba mientras se limpiaba excremento de perro en la pata de palo con un folleto de hipotecas a plazo fijo.

El pirata ha pedido que le vuelvan a explicar cuál es el tipo de interés medio para su precio de reembolso y pregunta cuánto son 1.000 euros al cambio en maravedíes.

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