El consejero de Agricultura de Vox en la Junta de Castilla y León, Gerardo Dueñas, ha considerado “innecesario” dimitir, como solicitó el presidente del Sindicato Veterinario de dicha comunidad autónoma, y se ha avenido a endurecer los controles sanitarios aplicados al ganado para vigilar la tuberculosis bovina “no vaya a ser que una de esas bacterias malas de las que hablan esas personas a las que no les dio la nota en su día para ser médicos se enfade y nos termine arreando una hostia cuando no miramos, y luego menudo susto”. Según ha aparecido publicado en el BOCL, a partir del próximo lunes todas las vacas deberán llevar puesta una mascarilla FFP2 cuando monten en el transporte público a menos que dispongan de certificado médico que lo desaconseje.

Nostálgicos del régimen

El partido al que pertenece el vicepresidente de la Junta pretende de esta manera quitarle hierro al asunto y tomar medidas contra la propagación de la tuberculosis bovina “pero porque nosotros queremos, no porque nos lo hayan dicho los tribunales, el Gobierno central y la Unión Europea, que en el fondo lo que les pasa es que no han visto un chuletón de Ávila en su vida, tantas coles de Bruselas y tanta órdiga…”, se desahoga Juan García-Gallardo, a quien 11 policías heridos “pocos me parecen si con eso el votante medio se queda más tranquilo”.

Las cabezas de ganado que deban desplazarse en autobús o en tren de cercanías deberán hacerlo ahora con mascarilla homologada “aunque podrán quitársela en el andén o apeadero si se puede mantener la distancia de seguridad, tampoco vayamos ahora a pasarnos de finolis”, añade Gerardo Dueñas, quien considera que escupir sangre está sobrevalorado.

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