La Secretaría de Estado de Defensa y el Estado Mayor han comunicado de manera oficial mediante un mensaje televisado que se da por fracasada la Operación Bikini, iniciada a primeros de mayo. Han anunciado que cesará de manera inmediata la actividad en todos los frentes y que a la mayor brevedad comenzarán las conversaciones que conduzcan al armisticio previo a la rendición sin condiciones. Las máximas autoridades militares del Estado han agradecido el abnegado esfuerzo de la ciudadanía, que ha acabado, no obstante, resultando inútil ante la ofensiva final coordinada de cachopos, surtidos de embutido, ensaladillas rusas y helados de leche merengada.

Capitulación total

El aspecto desolador de las calles de pueblos y ciudades y las imágenes dantescas que pueden contemplarse después de la batalla en gimnasios, consultas de nutricionistas, tiendas de herboristería, secciones de productos de dieta de supermercados, pistas de paddle, probadores de Zara y bancos de parques en los que se practicaba running auguran el peor de los escenarios posibles para un verano de sufrimiento, humillación, miedo y, sobre todo, dolor “en parte por el daño moral, pero sobre todo por las agujetas de unas abdominales que no han servido para nada”, escribe en Twitter Margarita Robles, ex ministra de Defensa, en paradero desconocido.

A la espera de la comparecencia del presidente del Gobierno para informar a la nación de las consecuencias de la derrota por el fracaso de la Operación Bikini, los ánimos se encuentran muy bajos y tanto el JEMAD, Teodoro Esteban López Calderón, como la secretaria de Estado de Defensa, María Amparo Valcarce García, se encuentran reunidos en el búnker de Zarzuela con Su Majestad el Rey Felipe VI y una delegación de patatas fritas de bolsa.

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