Un escritor natural de Escarabajosa de Cabezas, provincia de Segovia, ha demandado a varias marcas comercializadoras de absenta por publicidad engañosa tras haber permanecido varios meses recluido en una buhardilla, calentándose con una vieja estufa de carbón, sin haber obtenido inspiración de la ingesta del licor de ajenjo. El prosista, que padece de cirrosis y sufre convulsiones por el exceso de tuyona, cuenta con el apoyo de OCU y FACUA y considera “una auténtica vergüenza” haberse fiado del marketing de los fabricantes de absenta y continuar sin haber escrito una sola línea de la gran novela sobre la soledad del ser humano frente a la inconmensurable y cruel desesperanza del devenir, que le aboca a la autodestrucción y la muerte.

Hada verde, hígado azul

El autor lamenta que su plan de consumir absenta como si no hubiera un mañana para alcanzar la inspiración que le conduzca del malditismo a la inmortalidad se ha visto frustrado por el mensaje torticero y malintencionado de los productores de absenta, más preocupados por obtener su propio beneficio económico que por contribuir a la gloria de las artes, que le han negado el prometido don de la inspiración.

El escritor ha asegurado que ha llegado a provocarse el contagio de la tuberculosis, frecuentar cafés en los que mendigaba un mendrugo de pan con el que acompañar la absenta e incluso plantearse el traslado a un ático en un barrio bohemio de París con el dinero del primer adelanto de la editorial. “Pero ni una puñetera idea, ni un puto párrafo de prosa torturada, ni una jodida metáfora sobre la angustia vital. Y claro, a 2.100 € al mes el alquiler de una buhardilla de 24 m² en Montmarte pues hacemos un pan con unas hostias”, despotrica.

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