La última investigación sobre salud, hábitos sexuales y cesta de la compra del Instituto Nacional de Estadística, encargado conjuntamente por los ministerios de Salud y Consumo, ha revelado importantes cambios en los comportamientos y elecciones de los ciudadanos con mayor nivel de renta. Según se colige de los resultados del estudio del INE, entre las personas mejor posicionadas y con más poder adquisitivo ha descendido la contratación de escorts y gigolós de alto standing, la participación en orgías exclusivas en mansiones o la adquisición de juguetes sexuales de lujo, como dildos cuajados de cristales de Swarovski o plugs anales de oro de 24 quilates, mientras que ahora se considera un símbolo de status masturbarse a solas con aceite oliva.

Posición y poder

Si bien se trata de una práctica al alcance de muy pocos, la investigación muestra con datos que se considera una práctica cada vez más común entre las personas más ricas el onanismo usando como lubricante aceite de oliva y, ya sólo entre la grandes fortunas, el sexo solitario con aceite de oliva virgen extra.

“Lo de las bacanales con contraseña y máscara veneciana en un chateau de la riviera francesa es para muertos de hambre. Los ricos, pero ricos, ricos de verdad, mostramos nuestro hedonismo decadente automasajeándonos con néctar de olivos del Maestrazgo de Castellón o de Alcalá la Real en Jaén”, explica un miembro del consejo de administración de una empresa del IBEX 35 que prefiere mantenerse en el anonimato porque “nosotros ya sabemos quienes somos y tampoco es plan de soliviantar la paz social ni herir el orgullo de clase de la caterva de desposeídos que representa la clase media de este país”.

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