La iniciativa de trece europarlamentarios del Grupo Pesimista para renombrar colores con estados de ánimo “y acabar con el oligopolio de los nombres de frutas” podría aprobarse antes del próximo viernes 13 de octubre. “Gris depresión, amarillo angustia, verde despecho, marrón agobio… No sé si dará a tiempo a terminarlo todo antes del pleno. Nunca nos da tiempo a nada. Qué mierda de vida”, musita el conservador griego Katastrofos Diazepanos. Guerra en Ucrania, inflación, sequía o inundaciones podrían ser algunos de los eventos que se beneficiasen de la nueva nomenclatura cromática. Preguntado por el color negro, el eurodiputado por Vox Hermann Tertsch admite que, “por lo que sea”, está fuera de la lista.

Total qué más da

Según fuentes con acceso al cuartucho donde los trece representantes populares realizan sus terapias de grupo, el problema con el color negro, por sus eventuales connotaciones racistas, surgió al inicio de los debates, en marzo de 2022. “Se admitieron blanco sobredosis o naranja estrés porque había una base cultural común e incluso experiencia compartida en ciertos consumos”, explica la sinestesióloga Soledad Sonora que asesora a sus señorías. El rojo ira generó desencuentros pero se consensuó que, al hablar de estados de ánimo, la connotación política era cosa de cada cual. “En los parlamentos le damos mucha importancia a estos matices, mire usted la investidura de Feijóo”, señala Diazepanos. “Querida tristeza, de ti me enamorao, y ya he dejao de eser un pobre desgraciao”, apostilla Tertsch, algo más asertivo.

Con un 32% de los gestores de fondos de inversión augurando que Europa entrará en recesión, la lista de colores parece que será rápidamente interiorizada por la población.

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