El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha informado de que científicos del ISOLDE-CERN han descubierto un nuevo isótopo natural del uranio tan vago que genera radiopasividad. Conocido provisionalmente como uranio 245 (245U), aunque se sospecha que el nombre pudiera tratarse de un chascarrillo de uno de los físicos suizos porque añadió de forma rimada una alusión a introducir un objeto indefinido por el recto de su interlocutor, fue bombardeado por un neutrón libre para provocar una fisión nuclear controlada en laboratorio, pero el isótopo se limitó a mirar el neutrón, se dio media vuelta y continuó echándose la siesta.

A verlas venir

Equipos de investigadores de laboratorios como el GSI, el GANIL, el TRIUMF o RIKEN se encuentran estudiando el isótopo, que puede pasarse horas viendo pasar el tiempo, sin cambiar de postura ni mostrar la más mínima iniciativa o actividad. “Lo más fascinante no es ya que sus 92 protones y sus 92 electrones se dediquen a la vida contemplativa, tocándose los huevazos a dos manos, si es que las partículas subatómicas dispusieran de tal cosa, sino que este isótopo genera radiopasividad. Es decir que provoca molicie a otros elementos limítrofes de la tabla periódica, en una reacción en cadena de indolencia difícil de explicar por la física cuántica”, relata Günther Tuliano, coordinador de técnicos de laboratorio del CERN, preocupado porque los bostezos del isótopo 245U puedan ser contagiosos.

Conclusiones preliminares establecen que las condiciones socioeconómicas no afectan a los índices de radiopasividad, por lo que no existe mucha diferencia entre el uranio empobrecido y el enriquecido, y que eso que dice el segundo de que se levanta a las 5 a.m. para salir a correr es mentira.

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