La cantidad y calidad de las demoliciones del ejército israelí en Gaza han animado a un grupo de emprendedores a presentar la candidatura de la franja para el Mundial de 2034. “Han aparecido unos solares con vistas de lo más coquetos”, admite Maika Roñas, comisionada de la FIFA para eventos inesperados. No obstante, el emir de Catar, Hamás y la Federación Iraní de Deportes de Contacto saben que sin una mayor participación israelí el mundial tiene pocos visos de salir adelante. “Y eso que no habría que traer mano de obra esclava como a Catar, que ahí hay, había, dos millones de desgraciados”, subraya Roñas.

Túneles y vestuarios

A expensas de que Israel entre por tierra para ver si los túneles de Hamás son útiles para la celebración de lo que sea menester, exterminio de islamistas incluido, persiste la incógnita sobre el papel que el Estado judío jugaría en el Mundial de 2034. “Eso de que Gaza no es territorio ocupado ya tal, porque Israel controla electricidad, gas, agua y los accesos por tierra, mar y aire”, recuerda Yusuf Ben Halal portavoz del emir de Catar. “El pogromo de judíos del 7 de octubre ha dejado mal sabor de boca”, responde David Masada, vocero del Ministerio de Defensa israelí. Por otra parte, los vídeos de personas arrancando las fotos de los rehenes israelíes no le resultan demasiado deportivos. “Si me permite la expresión, el horno no está para bollos”, concluye Masada.

Desde Tel Aviv además recuerdan que todo sería mucho más fácil si Egipto admitiera “provisionalmente” la presencia de los dos millones de gazatíes, “integrista arriba, islamista abajo”, en el desierto del Sinaí. “Los palestinos son gente sufrida, llevan en campos desde 1948”, admite Ben Halal dispuesto a iniciar el diálogo.

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