La Asociación Nacional de Camareros y Baristas que se Ganan un Sobresueldo Trapicheando en la Trastienda (ASNACABAGASOTRATRA) ha comunicado en redes sociales su hastío del cliché en el que se compara al camarero de barra con un psicólogo. La organización gremial defiende que, al menos en el caso de sus integrantes, sería un símil mucho más preciso compararles con psiquiatras ya que ellos nunca se aproximarían a las problemáticas que acucian a sus clientes desde terapias cognitivo conductuales o sometiéndoles a constelaciones familiares sino administrándoles drogas directamente, “que generalmente se guardan detrás de los barriles de cerveza del almacén si se han reservado por adelantado”.

Nada que ver

Según sostiene la asociación de camareros que trapichean en horario laboral, la psicología es una ciencia del comportamiento y por lo tanto la validez de sus argumentaciones, corpus teórico y praxis es rayana en la pseudociencia. “Estamos hartos de que se compare al camarero con un psicólogo. Que ya no vivimos en la Edad Media. ¿Tenemos cara de profesores de biodanza? Pensamos que el cerebro humano es demasiado complejo y que las terapias orales no son suficientes. Al igual que los psiquiatras, que sí son gente con estudios, hostias, nosotros recomendamos drogas. Y casualmente, las vendemos por un módico precio. No, la primera no es gratis”, explica Juancar Pedíem, barman de un nightclub al que se entra con contraseña.

En el comunicado se ha querido dejar claro que cuando dicen prescribir drogas se refieren a drogas artesanales, como la cocaína, el MDMA, la metanfetamina, el PCP o el speed, y no a los psicofármacos de las grandes corporaciones farmacéuticas “que son todo química”.

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