El gremio de fontaneros ha anunciado que se encuentra “profundamente concernido” por la deriva narrativa del cine porno, que transita ahora mismo por unos territorios diegéticos que poco o nada tienen que ver con la estructura clásica de tres actos y que prescinde de roles arquetípicos, como el del plomero que acude a una vivienda para revisar las cañerías del baño o la cocina y le atiende la señora de la casa en salto de cama. Así lo ha expresado el representante de la Confederación Nacional de Asociaciones de Empresas de Fontanería durante una de las conferencias de la tradicional Feria Bienal de Instaladores a Domicilio que se celebra en Soria para presentar las últimas novedades y debatir sobre el presente y el futuro del ramo.

La otra reconversión

La progresiva desaparición de la figura del fontanero en la pornografía, uno de los temas más controvertidos de las mesas redondas de la bienal, vendría a coincidir con un cambio de paradigma en el cine para adultos, contaminado por las nuevas tendencias audiovisuales. “La narrativa ha muerto. TikTok y OnlyFans la han matado. El porno ha dejado de sublimar las pulsiones humanas en forma de relato para convertirse en una colección de entremeses deslavazados y burdos remedos de ‘cinema verité’. Mucho niño polla, mucho agente de casting, mucha actriz que se hace pasar por turista despistada en las calles de Praga, pero fontaneros cada vez menos”, explica Gaspar Tilain, portavoz de CONASEFO, que considera a los plomeros “los linces ibéricos del porno”.

Colectivos de pizzeros, monjas, cheerleaders y padrastros se han solidarizado con los fontaneros a través de mensajes de apoyo en redes sociales y temen que ellos puedan ser los siguientes.

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