Un joven residente en un barrio periférico de la conurbación urbana de Amayuelas de Abajo, Palencia, que comenzaba a perder la fe en el amor ha anunciado que finalmente se casará con su novia Valeriana “porque me da tranquilidad”. La noticia, que se ha extendido hasta el área metropolitana de la vecina ciudad de Cebrián de Campos, ha sido acogida con alegría, ya que el joven no había levantado cabeza desde que finalizara su relación tóxica con María del Tormento, una joven de su misma ciudad que había conocido en un foro de sadomasoquismo y con la que compartía afición por los rottweilers con liguero.

Amor sedante

A pesar de que la campaña de bodas se encuentra en temporada baja, el negocio de las floristerías, vestidos de novia y restaurantes especializados en grandes banquetes sigue manteniendo un flujo constante de encargos, por lo que el joven amayuelero, que en realidad roza ya los 40 años pero sigue hablando de películas de Marvel en redes sociales, no tendrá problemas para celebrar el desposorio. “A mí es que Valeriana, no sé, como que me relaja. Lo he pasado muy mal en el amor. Muchos disgustos. No recordaba sentirme así desde adolescente, cuando quedaba para comer pipas en el parque con mi amiga Pasiflora, que era de Amayelas de Arriba, pero aún así buena gente. Aunque éramos chiquillos, y en aquella época no lo valorabas tanto”, confiesa el joven que prefiere mantenerse en el anonimato para que sus exnovias Dolores, María Angustias, Martirio y Socorro, “siempre con sus chantajes emocionales”, no le localicen.

Su amiga Soledad, de Santa Cruz de Ribas, ha declarado que se siente muy feliz por el enlace y sólo desea tener ella tanta suerte algún día.

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