Valentina Tereshkova (Máslennikovo, URSS, 6 de marzo de 1937) es una ingeniera, cosmonauta y política rusa retirada. Su padre, un tractorista con vocación de inventor que había patentado años atrás la escoba extensible para bajar los balones que se quedaban en el tejado de la dacha, le inculca su afición por alcanzar cosas que están lejos. En 1939 es su progenitor quien se va lejos, concretamente al frente finlandés, paraje en el que deja de fumar definitivamente, lo que la genera trauma.

En el espacio siempre es de noche

Valentina comienza a trabajar en una fábrica textil y en los ratos libres se apunta a un cursillo de paracaidismo. Hace su primer salto el 21 de mayo de 1959, y tras salir del hospital y completar la rehabilitación, hace un segundo salto, esta vez con el paracaídas puesto. Militante de grupos animalistas en el seno del Partido Comunista, se enrola en 1962 en el programa espacial soviético para volver a traer a casa a la perra Laika, que, según la propaganda oficial, llevaba cinco años dando vueltas por el espacio y temía que tuviese las raciones de Dog Chow bajo mínimos. Cuando le informan de que el can estaba en el cielo de los perros se lleva disgusto, pero accede igualmente a volar al espacio. El 16 de marzo de 1963 abandona la atmósfera terrestre como única tripulante de la Vostok 6. A pesar de su entrenamiento, sufre nauseas y jaquecas y se jura a sí misma que es la última vez que sale la noche antes de una misión. En noviembre de ese año se casa con el cosmonauta Andrián Nicoláyev. En 1964 nace su hija Yalena, que se convierte en la primera persona que tiene que sufrir a sus dos padres contando anécdotas durante las comidas familiares sobre cómo gestionar la diarrea en gravedad cero.

En 1966 es escogida Diputada del Soviet Supremo y en 1969 se convierte en miembro del Comité Central. Tras la caída del régimen soviético continúa vinculada a la política, primero con UCD y más tarde con el CDS. En 2007 se reúne con el primer ministro Vladimir Putin para pedirle poder viajar a Marte, ante lo que el dirigente le responde que Rusia es ya un país democrático, por lo que es libre de viajar en el día de la semana que elija.

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