Eva Anna Paula Braun (Munich, 1912 – Berlín, 1945) fue una fotógrafa, practicante de deportes extremos, influencer y secretaria de dirección alemana famosa por volver a poner de moda el bigote recortado entre los caballeros europeos de mediana edad. Nacida en el seno de una familia de clase media, la superinflación que azota Alemania provoca que la asignación semanal que le da su padre para pipas no le llegue y entra con 17 años a trabajar en el estudio del fotógrafo Enrique Hoffmann. Ejerce de dependienta y modelo de calendario para charcuterías y talleres mecánicos, hasta que en 1929 conoce a Adolfo, del que se enamora porque su flequillo le recuerda al de su ídolo, José Luis Rodríguez El Puma.

Blanca y radiante

Conocedora de que la medio sobrina de su novio, Geli Raudal, se había pegado un tiro, Eva hace lo propio en 1932, pero flojito, para que Adolfo se sienta orgulloso pero no piense que es una soberbia y una advenediza. En agosto de 1935 ingiere un bote de somníferos para renovar votos, porque las balas están por las nubes. En 1936 acompaña a Adolfo a su chalet en la sierra, cerca de Berchtesgaden, al que ha llamado ‘El Nido del Águila’, lo que hace que se enamore aún más de él porque le recuerda a su ídolo, Félix Rodríguez de la Fuente. Viaja siempre con sus dos terriers, Negus y Stasi (“cotilla” en alemán). Ya a partir de septiembre de 1939 lleva una vida bucólica, en armonía con los apacibles tiempos que le tocan vivir. Sólo se estresa cuando el III Reich decreta en 1943 la Guerra Total y pretende prohibir los productos de cosmética. Adolfo habla con Alberto Speer, ministro de Armamento, y en un ejercicio de talante acepta salvar de las restricciones a la industria del maquillaje, lo que provoca que el enamoramiento de Eva crezca porque le recuerda a su ídolo, José Luis Rodríguez Zapatero. En 1945 decide mudarse con su amante a un coqueto búnker con vistas a la Cancillería, donde pasa sus días más felices hasta que su cuñado Germán Fegelein la monta durante una comida familiar cuando le dice a Adolfo que él habría conseguido el Volkswagen Golf por la mitad de precio y el fusilamiento enrarece el ambiente.

Se suicida definitivamente con ácido prúsico el 30 de abril de 1945, aburrida de que Adolfo ya no la saque nunca a ningún sitio.

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