Henry Ford (Deraborn, Michigan 1863 – ibid.1947) fue un mecánico, vendedor de coches, franquiciado de Carglass, defensor de los derechos de las máquinas de ensamblaje, emprendedor y apóstol de la paz estadounidense, cuyo principal objetivo en la vida fue acabar con las guerras mediante la optimización de la explotación laboral. Nacido en una familia pobre de inmigrantes angloirlandeses, se cría en un pueblo al oeste de Detroit. Crecer en zona agreste le hace aborrecer el medio natural y comienza a opinar que cuantas más máquinas y menos personas haya mucho mejor.

Tanto monta, monta tanto

En 1888 comienza a trabajar como mecánico hasta que, harto de ITVs de velocípedos, se convierte en 1891 en jefe de taller para la Edison Illuminating Company. En 1893 le engancha un motorcillo de máquina de coser a un carrito de bebé e inventa su primer coche. Durante el funeral de uno de los niños de pruebas, más económicos que un dummy de caucho, se decide a abrir su propia empresa, aunque no se termina de decidir entre S.L. o Comunidad de Bienes. En 1903 funda la Ford Motor Company. Se inspira en el sistema de manufactura esclavista, en desuso desde 1865, y lo readapta al contexto industrial de la época, pasando de la “producción con cadena” a la “producción en cadena”. En 1908 lanza el Ford T, vehículo de precio asequible y fácil manejo, que pronto se convierte en un icono de la cultura popular por ser el modelo de coche que siempre robaban en las películas de cine quinqui mudo. En 1918, un amigo que anda con prisa esa mañana le pide que por favor le compre el periódico y Henry adquiere el The Dearborn Independent, edificio incluido. Aprovecha para publicar por entregas un folletín, que más tarde el editor alemán Adolf Hitler traduciría, recopilaría en un único volumen y sacaría a la venta con el título de Mein Kampf. Entre 1937 y 1941 es refractario a adaptar las nuevas modas y se niega a reconocer a ningún sindicato, que considera una moda pasajera como las boy bands, los pantalones pitillo o el Facebook. En mayo de 1942 idea un plan para acelerar el proceso de paz y comienza a producir bombarderos para el ejército.

Fallece de una hemorragia cerebral a los 83 años, sin haber logrado construir una cadena de montaje en cada guardería de los EE.UU.

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