Marie Anne Charlotte Corday d’Armont (Saint-Saturnin-des-Ligneries 1768 – París 1793) fue una catequista, profesora de chi kung y terapeuta dermatológica de medicinas alternativas que ejerció de visitadora médica durante la Revolución Francesa. Se cría en una familia acomodada, siendo hija de un funcionario sin plaza que se sacaba un sobresueldo como falso autónomo y de la bisnieta del escritor de libros de autoayuda Pierre Corneille. Tras enviudar su padre, es enviada junto a dos de sus hermanas al monasterio de Corday, famoso por sus becas deportivas y su equipo de lucha grecorromana.

Ni Chaplin ni Corredera

Dedica su juventud a recopilar volúmenes de Montesquieu y Rousseau, que en unas ocasiones utiliza para calzar la mesa de su escritorio y en otras para levantarlos, a modo de mancuernas, para complementar las sesiones de calistenia en su celda. Tras el decreto del 13 de diciembre de 1790, abandona el convento clausurado y viaja a Caen para instalarse en casa de su tía, Madame de Bretteville, regente de una tienda franquiciada de Naturhouse. Animada por su pariente, comienza a interesarse por la herboristería de forma profesional y se especializa en curar la dermatitis seborreica con láudano y piedra pómez. Aprovecha que muchos turistas parisinos veranean en la región de Calvados para hacer contactos y ganar clientes, especialmente entre hinchas del Girondins de Burdeos que temen quedarse con la garganta en carne viva cuando su equipo juega fuera de casa contra el Paris Saint-Germain. Sus pretensiones de prosperar en el negocio de la naturopatía le llevan a plantearse hacer visitas fuera de casa, así que en 1793, harta de la vida provinciana, viaja a la capital para tratar al jacobino Jean-Paul Marat de un eccema en el pecho. Durante la consulta del día 13 de julio se anima a combinar su metodología habitual con acuaterapia. Frota demasiado con la piedra pómez, el paciente fallece y es denunciada por el Colegio de Médicos.

Charlotte es guillotinada el 27 de julio por imprudencia temeraria y mala praxis, feneciendo inmediatamente del disgusto.

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