Ella Wheeler Wilcox (Johnstown Center, Wisconsin 1850 – Short Beach, Connecticut 1919) fue una poeta, escritora de novela erótica, facilitadora de biodanza, diseñadora de tapetes de ganchillo, médium y especuladora inmobiliaria estadounidense que inauguraría la tendencia de vender tazas con mensajes de pensamiento positivo. Nacida en el seno de una familia acomodada del Medio Oeste obsesionada con la lectura, especialmente de la composición de los botes de champú cuando los brotes de disentería les obligan a pasar largas tardes encerrados en el retrete, decide consagrar su vida a escribir. Desde la más tierna infancia su propio padre la anima a hacerlo, pero en cuartillas de papel, y a poder ser fuera del domicilio, porque está harto de que lo haga en las paredes del salón con pintura indeleble.

Pasión por malmeter

La maniobra especulativa de su progenitor, consistente en importar varias toneladas de pasta italiana para luego vender cuadros de gatos hechos con macarrones, fracasa contra todo pronóstico y la familia se arruina. Ella decide ganarse la vida enviando haikus pornográficos a revistas locales y en 1883 logra publicar un poema sobre dendrofilia en The New York Sun. Harta del Eros, prefiere concentrarse en el Tanatos y se dedica a asistir a fiestas de la alta sociedad para sonsacar a viudas relegadas al ostracismo detalles sobre el fallecimiento de sus maridos, haciendo especial hincapié en los pormenores más sórdidos y truculentos, adelantándose en varias décadas a H.P. Lovecraft y Gloria Fuertes. En 1884 se casa con Robert Wilcox y deciden invertir en una urbanización de casas para perros en Connecticut, con éxito relativo. Hacia 1907 decide aprender a tejer chalecos de crochet, pero lee mal el anuncio y en vez de apuntarse a un curso de punto de cruz termina integrando el movimiento de los Rosacruces de Max Heindel en California. En 1915 se adscribe a la corriente espiritual del Nuevo Pensamiento para salir de su zona de confort y ser la mejor versión de sí misma, aunque le puede la pereza. Familiarizada con el ocultismo, tras fallecer su esposo en 1916 trata de contactar con él a través de la ouija pero siempre está comunicando y nunca llega a saber la combinación de la caja fuerte del despacho.

Fallece de cáncer sin llegar a estrenar su disfraz de Halloween de largarterana.

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