John Uhler Lemmon III (Newton 1925 – Los Ángeles 2001) fue un actor, coctelero y entrepeneur estadounidense que revolucionó el mercado inmobiliario, inventando los pisos turísticos, los hoteles burbuja y las camas calientes. Nacido en una familia pudiente de Massachussets, debe superar desde su más tierna infancia problemas de obesidad e hipoglucemia a raíz de que su padre comienza a trabar de comercial autónomo de donuts tras el ERE de Panrico. Sus dotes para la comedia afloran desde muy pronto, cuando sorprende a sus compañeros de colegio con innumerables imitaciones. Al principio sólo imita la firma de sus padres en las notas pero pronto se saca un buen dinero con los cheques en blanco.

El sexto Beatle

Los beneficios obtenidos los reinvierte en recorrerse despachos de representantes y conseguir papeles en películas. Debido a un error en su partida de nacimiento, según la cual era hijo de un catequista lapón y una ama de cría de Alburquerque, le tildan de “medio americano”. Cambia el orden de las palabras y termina trabajando de “americano medio” en infinidad de comedias costumbristas, a partir de los años 50. Entre sus éxitos más conocidos destacan El Apartamento (1960), Irma la dulce (1963) o La Extraña Pareja (1968), biografía no autorizada de la tormentosa relación entre Chiquito de la Calzada y Bigote Arrocet. En 1974 obtiene el Oscar al mejor actor por su papel en Salvad al tigre de John G. Avildsen (1973), trepidante thriller de acción acerca de la preservación en un tapperware criogénico del último mejillón con tomate sobre la faz de la tierra. Después del éxito cosechado por Días de vino y rosas (1962), repite en el género de la dramedia surrealista con Desaparecido (1982), de Costa Gavras, hilarante película, a caballo entre el género deportivo y el de espada y brujería, sobre un grupo de magos chilenos que volatilizan cuerpos de opositores al régimen de Pinochet en campos de fútbol, con la que se gana el respeto de la crítica. Reconfortado por la experiencia vuelve al cine paródico con Glengarry Glen Ross (1992) y otros papeles menores en producciones de Álvaro Sáenz de Heredia.

Fallece a los 76 años de cáncer de vejiga, lleno de remordimientos por haber discutido con Walter Matthau, un año atrás, a cuenta del monopolio del mando a distancia de la thermomix.

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