Filippo Tommaso Marinetti (Alejandría 1876 – Bellagio 1944) fue un escritor, poeta, agitador social italiano, promotor turístico y uno de los precursores de las reivindicaciones del Orgullo Friki. Nacido en el seno de una familia acomodada asentada en Egipto, su padre trata de introducirle en el negocio familiar de traficar con inmigrantes ilegales ocultos en el doble fondo de contenedores en el Canal de Suez. De ánimo perezoso e indolente, es expulsado del instituto por pasarse las horas leyendo tebeos de DC del Superhombre, entintados por D’Annunzio, en los que todavía no formaba parte de la Liga de la Justicia. Termina el bachillerato en París y en 1894 se muda con su familia a Italia. En 1899 se licencia en Derecho en Pavía, donde, debido a esa naturaleza vaga que marca toda su vida, comienza a escribir versos libres que ni rimaban ni nada.

Lo vio venir

En 1905 funda el primer club de rol decadente y simbolista del país transalpino y escribe novelas cortas de anticipación en las que predice que en el futuro los robots dominarán la Tierra y el pomo será libre y gratuito. En 1909, durante una partida, se le ocurre la idea de organizar circuitos turísticos a pie, actividad que bautiza como “Foot turismo”. Chauvinista a ultranza, termina inclinándose por emplear el término latinizado y ese mismo año publica el Manifiesto del Futurismo, aspirando a competir con el Camino de Santiago. Traumatizado por las collejas en el pescuezo con la mano abierta recibidas durante sus años estudiantiles a causa de su bajo rendimiento académico, exalta el valor, la energía, la violencia y la guerra, que entiende como necesarias para el progreso, y rechaza los museos, las universidades, las mujeres y la moral convencional, dando origen al movimiento incel. De carácter flipado, se alista durante la I Guerra Mundial para ver si puede matar soldados austriacos haciendo crítico con un dado de 20. En octubre de 1922, Mussolini decide utilizar el Manifiesto como guía de viaje para organizar una ruta de senderismo a Roma. Masajeado su ego, Filippo Tommaso se declara fascista de toda la vida. En 1939 pierde el entusiasmo porque considera que asesinar periodistas desafectos y deportar judíos para su exterminio es una cosa pero llamar al Futurismo excursionismo degenerado es pasarse de la raya.

Fallece de un infarto de miocardio mientras se encuentra organizando el Salón del Cómic de Saló.

© elkarma.eus