Fernando VII de Borbón, (San Lorenzo de El Escorial 1784 – Madrid 1833) fue un shownunner, magnate de los medios de comunicación y monarca a tiempo parcial que revolucionó la televisión privada y las plataformas de streaming en España. Hijo de Carlos IV y de María Luisa de Parma, es el noveno de catorce hermanos, aunque ocho mueren antes de alcanzar la madurez, de manera análoga a los que sucedería con los canales de la TDT algún tiempo después. Su vocación temprana le lleva a estudiar Ciencias de la Comunicación, pero ya desde primero de Periodismo empieza a sentir animadversión hacia su profesor de Empresa Informativa y su Relación con los Sistemas Políticos, Manuel Godoy.

Deseado por la audiencia

Decidido a forjar su propio futuro reniega de su padre y realiza un Máster en Comunicación en Aranjuez, en 1808, que completa un grado en Financiación y Gestión de los Contenidos Informativos en la Universidad de Valençay. Mantiene un perfil bajo durante la Guerra de la Independencia, conflicto mediático durante la cual RTVE se resiste a que France Télévisions le diga con que titulares debe abrir el Telediario. A su regreso a la península en 1814 decide continuar el negocio familiar, aplicando lo aprendido en Francia, lo que supone un florecimiento de la televisión bajo el paraguas del programa estatal Vivan las cadenas. Entre 1820 y 1823 un levantamiento de varios grupos empresariales que solicitan licencias para operar canales privados de televisión le lleva a inaugurar el Trienio Liberal. Su estricta moral católica le conduce a rechazar a las Mamachicho, las Cacao Maravillao, las Chicas Chinchín y otros contenidos que achaca a confundir libertad con libertinaje. Comprometido con la necesidad del ente público de producir televisión de calidad, promueve la creación del programa de debate Los Cien Mil Hijos de San Luis, que acaba barriendo a la competencia. Decidido a completar sus estudios, en 1830 hace un postgrado en Comunicación y Género, que le lleva a promulgar la Pragmática Sanción que permita a su chiquilla Isabel ponerse al frente del Consejo de Administración. De naturaleza golosa, un día de 1831 pide que le frían unas torrijas para desayunar, orden que se entiende regular y acaban siendo fusilados José María de Torrijos, Juan Álvarez Mendizábal y otros defensores de la Televisión Digital Terrestre.

Fallece a los 48 años a causa de una arritmia sin haber logrado ganar ningún Emmy Internacional.

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