Marco Polo (Venecia 1254 – Íbid. 1324) fue un repartidor a domicilio, coolhunter de tendencias, viajante de encurtidos y animador de cruceros que revolucionó las técnicas promocionales de las agencias turísticas de la baja Edad Media. A los 17 años convence a su padre Niccolò y a su tío Maffeo, ex camioneros, para que le dejen acompañarles durante una ruta de reparto que tienen que hacer por Asia. El viaje pasa por Acre, Persia, Pamir, el desierto de Gobi, Aranda de Duero, Johannesburgo, Yakarta, Stuttgart, Canberra y, finalmente, tras convencer al timonel de que tiene el mapa al revés, culmina en la ciudad de Shangdu, lo cual supone un importante reto para el joven Marco, incapaz de cagar fuera de casa.

La vida es una góndola, gon, gon, góndola

En China conoce al emperador mongol Kublai Kan, mucho más espabilado de lo que sus prejuicios capacitistas le hacen suponer. La inteligencia y habilidades lingüisticas del veneciano impresionan al fundador de la dinastía Yuan, que le nombra gobernador de Yangzhou y le permite abrir un restaurante. También es enviado como emisario imperial a regiones como Yunnan, Birmania y el sur de Katai, aunque sus empleados en la trattoria sospechan que se lo inventa como excusa porque le da pereza presentarse al cierre para hacer el arqueo de caja. Queda impresionado por el choque tecnológico y cultural, como que por ejemplo al pagar con tarjeta le cobran con datáfono mientras que en Venecia se sigue utilizando la bacaladera con papel de calco. En 1292 la princesa mongol Kököchin se harta de los anuncios de internet de ‘solteros cerca de tu ciudad’, amplia el radio de geolocalización de Tinder y los Polo deben escoltarla a Persia para una cita improvisada con su futura nueva pareja tóxica. Aprovechando el viaje, y harto de que le hagan el chiste de que nunca se ven en los periódicos esquelas de occidentales y que lo mismo usan a sus fallecidos como ingrediente principal del plato Famiglia Felice, regresa a Europa en 1295. Después de verse involucrado en una guerra entre familias mafiosas de Venecia y Génova, pasa un año en la cárcel, tiempo que aprovecha para escribir Il Milione, su manual para ganar en las tragaperras, y hacer un módulo de peluquería. A su salida de prisión se casa con Donata Badoer, Donata Cielocamminatore antes de abrazar el reverso tenebroso de la Fuerza, y lleva una vida apacible a pesar de los turistas.

Muere a los 69 años sin haber encontrado a su madre.

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