Juego de Niños: Mamíferos valientes
Ellos no dan la teta. Está claro. Pero cuando un padre apoya la lactancia natural sin reservas, a lo mejor es que reconoce en si y en su prole al mamífero que somos. Hay quien dice, como Edurne Uriarte (Mujer Hoy, nº 595), que dar teta en lugar de biberón “desmonta décadas de trabajo para desarrollar un cuidado de los niños compartido con las parejas”. Resulta que la lactancia natural -más si se prolonga tras los primeros meses- puede tener efectos colaterales. Y no en el sentido que Uriarte apunta. Aparte de que hay muchas otras cosas que hacer con un bebé además de alimentarle, dar teta a demanda hace que la madre tenga al bebé en el regazo a menudo, desde recién nacido. Entonces es más fácil hacer oídos sordos cuando alguien dice “no le cojas, que le malcrías”. Al principio es “bueno, pero pide teta”. Y así los brazos se convierten en el refugio de la criatura. ¡Bendito refugio! Mira por dónde, aita tiene otro par. Qué sabia es la naturaleza. Qué asombroso descubrimiento. A menudo la madre necesita armarse de valor para luchar por un parto respetado, o llevar al pequeño en un portabebés, o prolongar la lactancia, o dormir con la criatura. Pero eso es muy difícil de hacer si el mamífero adulto macho no está en la misma onda. A ellos también les toca ser valientes. Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com |
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