mayo 23, 2013

Solo con Hielo: Pepeína

Hay una nueva droga en el mercado que apuesta fuerte por el extremismo de centro: la Pepeína. No tiene receta y el gobierno es su principal distribuidor.
En fases iniciales su consumo provoca nauseas, anestesia al pueblo, insomnio, irritación, scratches, depresión, delirio, fiebre alta. En estados finales su abuso genera expolio, pánico y terror. Hay vida después de la crisis, para los gusanos que se lo están llevando crudo.
En caso de duda consulte a su médico o farmacéutico, que  a estas alturas, también es de la ETA.

Bosco el Tosco © humorenlared.com

 

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mayo 22, 2013

Tipos Legales – Vascos Preferentes

cabecera_EK153_rep01
r153_rep_botinysaenzMientras otros jubilados llevan una vida sencilla y austera gracias a unos ingresos que en una gran mayoría rozan la miseria, los veteranos de la jefatura bancaria no conocen el descanso.

Hace una década, en plena burbuja, la jubilación del copresidente del BBVA Emilio Ybarra y del consejero delegado Pedro Luis Uriarte, le salió al banco por 57 millones de euros. “Coló porque lo cargamos a las reservas, que si no tenemos que despedir a 1.000 mostradoristas”, explica un consigliere centrado en el Plan 2013-2023, que incluye el cobro de protección o pizzo a las personas que pernoctan en los cajeros. Ybarra, (alias El Rubio, alias Tiburón Blanco, alias Pinchalatas) fue un adelantado. Sus problemas con la Justicia a cuenta de unos “dinerillos” depositados en la Isla de Jersey forzaron su salida del negocio. (Más…)

Mens Insana: De viaje con ella

Mi abuela no es amiga de los viajes, pero este merece especialmente la pena: va a conocer a su última nieta. Ya en el tren, busca el contacto visual con la gente. Saluda y entabla conversación a la mínima. Mira a través de su ventanilla y me cuenta. Eso de ahí son olivos. Eso de allá almendros. De nuevo en tierra firme. Es una estación perdida. Mi abuela lo mira todo entre curiosa y escéptica. Se agarra el bolso y, unos pasitos por detrás de mí, no me pierde de vista. Yo tampoco a ella. Mira alrededor como si fuera una extranjera desconfiada. Entramos en una conocida cadena de comida rápida de la estación. Se me hace rarísimo ver a mi abuela ahí. En realidad ver a cualquier abuela. Y más aún verle comer las patatas fritas en el andén mientras esperamos nuestro siguiente tren. (Más…)
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