diciembre 15, 2015

Mens Insana: Desafectos

Pasear con un perro en invierno suscita reacciones diversas y curiosas. Por un lado están quienes sonríen de oreja a oreja desde lejos. Dentro de este grupo también se puede englobar a aquellos que divertidos se dan la vuelta al pasar, y también a quienes no pueden resistirse a brindar caricias. En la gama del gris, nos encontramos a los que caminan mirando en lontananza. La presencia del animal no les afecta lo más mínimo. Por último, está el grupo de los desafectos. Exhiben un entrecejo arrugado que suele ir acompañado de una silenciosa mueca de asco o incredulidad. Dentro de este grupo también se puede incluir a quienes rocían veneno en la vía pública para impedir que los perros orinen. Algo que, por cierto, está tipificado como delito. Esto me llama mucho la atención. Comprendo el malestar de estas personas, pero lo cierto es que jamás he visto a nadie indignarse al ver cómo una madre pone a su hijo a mear en la rueda de un coche.

Todavía hoy, en el siglo XXI, un perro atendido incomoda a muchos. Pero estoy segura de que a estas personas no les gusta pasar frío, por ejemplo. Lo que ellos no quieren para sí mismos o para sus hijos yo tampoco lo quiero para mi galgo. Algún día quizá lo lleguen a entender.

Sheila Blázquez © humorenlared.com

 

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