mayo 3, 2016

Butaca de Gallinero: En casita

columna_raguirre_cabecera_gr

Yo lo intento. Intento salir de casa. Encontrar una excusa para relacionarme con gente. Respirar un poco de aire puro (o al menos con unos índices tolerables de monóxido de carbono), pisar la calle, ver la luz del sol, interactuar con otros seres humanos, aunque sea de lejos. Pero la tecnología y las iniciativas empresariales de la industria cinematográfica me lo ponen cada vez más difícil. El proyecto Screening room del amigo Sean Parker, creador de Napster y cómplice necesario del nacimiento de Facebook, pretende ver películas en casa el mismo día del estreno en salas. Si esto cuaja (y los directores se posicionan en bandos a favor y en contra, como en la Civil War de Marvel pero con ropa de calle) ya no tendré excusa para abandonar mi casa los fines de semana. A tomar por el saco el ritual de engañar a mis amigos para que me acompañen al cine.
Se terminaron esos momentos de zozobra tratando de decidir cuál es el mejor asiento, rezando porque el jugador de baloncesto de turno no se siente justo delante de mí. Y por si era difícil convencer a alguna amiga de ir al multicine más cercano, que se venga a casa va a resultar una utopía menos realizable que ver a Adam Sandler recibir el Oscar honorífico a toda una carrera. Pero al menos ya no tendré que esconder el perolo de lentejas para cuando me entre la gusa en el cine. Todo ventajas.

Roberto Aguirre © humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Roberto Aguirre

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados