agosto 16, 2016

Puños fuera: Punto de mira

columna_jtxo_cabecera_gr

La parada estival, para quien pueda permitírsela, brinda la oportunidad de relajar la mirada y estirar las miras. Enfrentarse, por ejemplo, desde la cima de una montaña al espectáculo en el que se enfrentan un cielo infinito y unas humildes cumbres que desde su base nos parecen hercúleas. O contemplar desde la costa, la absurda línea del horizonte, donde el mar parece precipitarse a la nada y proclama la verdad redonda del mundo. Y, al contrario, relajar el músculo óptico y observar la marabunta de insectos o crustáceos, emergiendo, sigilosos, desde sus confines subterráneos, frente al petulante bullicio de los erguidos.


Reducir así la ciega velocidad a la que nos confina la supervivencia y poder reflexionar ante lo grande y lo pequeño que siempre está aunque lo ignoremos. Relativizar de este modo las pequeñas preocupaciones de la provincia y saber apreciar las grandes tendencias y querencias en las que estamos inmersos. Poner en valor las otras realidades que se anuncian entre las grietas, gritando con su práctica que existen otros universos de relaciones distintas y que se abren paso desde las fisuras del que dicen, único sistema posible. Verano.

Jtxo Estebaranz©humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Jtxo Estebaranz

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados