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Después de largos años en caída libre hacia el despropósito en una absurda carrera repleta de dolor y sufrimiento para unos y otros, ETA se ha convertido en una organización desarmada.
No podemos negar que jugó un papel determinante en la vida de toda una generación y que probablemente con sus primeras acciones desempeñó un factor decisivo en la evolución de la historia del Estado.
Pero su falta de capacidad para leer la deriva de la historia, el enrocarse en los peores aspectos de una organización de vanguardia y las características de la sociedad postmoderna, convirtieron su capacidad de generar dolor en mera anécdota comparada con otros actores del terrorismo internacional.
Ahora su desarme ha pasado prácticamente desapercibido entre buena parte de la sociedad. Parece increíble la capacidad de olvidar en pocos años.
Solo resta dar una salida humanitaria a sus presos para poder cerrar lo mejor posible una triste historia. Sin revanchismos, ni demoras…
Miguel Fernández © humorenlared.com |
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