1.- Te ofrecen un nuevo trabajo, ¿cómo actúas?
a.- Dejo de apretar la navaja contra la yugular del empleado de la oficina del paro. Y le digo que se cambie de pantalones, que da mala imagen.
b.- Me enfado. No me gusta que me tomen el pelo. Luego busco las cámaras ocultas. Cuando descubro que es verdad me entra la risa floja al acordarme de mi currículum.
c.- Entraría en pánico. ¿Decepcionaré a la gente a la que sobornó papá? ¿Si algo no sé hacerlo puedo usar el comodín de la llamada? Qué estrés.
2.- Si tu pareja intentara dejarte…
a.- Me aseguraría de que habla en serio. No quiero hacerme ilusiones y luego llevarme un chasco. También cambiaría las cerraduras de casa. Y el número de móvil. Por si se arrepiente.
b.- Lo llevaría mal. Es muy difícil encontrar alguien cuando el campeonato de mus lleva ya media temporada.
c.- Me muero. ¿Qué sería de mí sin el aliento de esos labios? ¿Sin el cálido abrazo que da sentido a los días? ¿Sin esa tortilla francesa que me prepara justo después de limpiarme el baño?
3.- Debes enfrentarte a un problema, personal o laboral, muy grave. ¿Qué es lo primero que haces?
a.- Trataría de enfocar el problema. Haría ejercicios de respiración, varias posturas básicas de yoga y me cargaría con un bate los retrovisores de todos los coche aparcados en mi calle.
b.- Asumir mi total incapacidad para solucionar problemas, relajarme y relativizar. Peor lo tienen el 60% de las sociedades del IBEX con Hacienda y a sus directivos se les ve pletóricos.
c.- Llamo al 112. Siempre me dicen que no pueden ayudarme a aparcar el coche, ni a desatarme los cordones de los zapatos ni a ocultar un cadáver. Pero al final alguien se apiada de mí y acaba viniendo.
4.- ¿Cómo fue la relación con tus padres durante la niñez?
a.- Muy cordial. Basada siempre en el respeto. Yo no les juzgaba por ser adictos al crack y ellos no me reprochaban lo de la cámara de torturas del trastero.
b.- Un poco tensa al principio, pero cuando estalló la burbuja de las adopciones ilegales, asumieron que nadie pagaría lo que pedían por mí y comenzaron a considerarme de la familia.
c.- Muy normal. Dejé de dormir con ellos en su cama a los 11 años, me destetaron a los 13 y cuando cumplí los 35 dejé de usar el taca taca cuando salíamos de paseo.
5.- ¿Cómo te sientes ante la idea de vivir en soledad?
a.- Feliz. Me gusta la independencia más que a un escocés después del Brexit. Me acostumbré en las celdas de aislamiento del reformatorio.
b.- Teniendo en cuenta que vivo en un piso patera y duermo en el colchón solo los días pares, me parece un cambio aceptable.
c.- Me horroriza. Mis padres me lanzan indirectas, como hacerme las maletas y dejarlas en la puerta. En el lado de la calle. Cualquier día les bloqueo del Whatsapp. Mejor no, que igual se enfadan y me dejan sin paga.
MAYORIA DE A
No eres para nada una persona dependiente. Vas por la vida como un ente autónomo. De hecho la gente te sobra. O la usas como ganado sacrificable. Ese es el espíritu.
MAYORIA DE B
Dependes de los demás lo justo. Tratas de aprovecharte del prójimo pero sin perder la independencia. Trabajas en equipo cuando no te queda más remedio. La alienación habitual.
MAYORIA DE C
Eres una persona dependiente. Albergas en tu corazón un genuino deseo de parasitismo. Si no estuviera tan mal visto pedirías asistencia para limpiarte después de usar un baño público.
Ainara Segura © humorenlared.com |