julio 2, 2017

Mens Insana: Cuerpos de infarto

Recientemente, y cerca de mi entorno, ha habido cuatro personas que han fallecido por tener un cuerpo de infarto. Literalmente. Uno de ellos sólo tenía 23 años. Los Medios callan, para variar. Existe un turbio y extendido pacto de silencio. El dopaje es algo a lo que nos hemos acostumbrado cuando pensamos en el deporte de élite, pero resulta llamativo y alarmante cuando se trata de aficionados. Sobre todo tan jóvenes. Personas que, según dicen, no cobran por explotar los límites de sus cuerpos y sin embargo son capaces de endeudarse con tal de cumplir objetivos.

Cuando una creía que el deporte podía ser el salvavidas perfecto para los jóvenes que corren el riesgo de verse absorbidos por la vorágine de la droga, aparecen estos abismos de horror y destrucción. El negocio de las drogas de gimnasio, los anabolizantes, es además menos arriesgado. La pena máxima por tráfico de estas sustancias es de 2 años de cárcel. Por eso, las redes de tráfico de drogas de toda la vida optan por este tipo de trapicheo. Y la gente sigue callando y negando. Pero se acumulan los cadáveres. Y las vidas rotas.

Sheila Blázquez © humorenlared.com

 

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