agosto 6, 2017

Juego de niños: Aniversario

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Rafael Alberti le llamó “pastor de vientos y volcanes”. Y entre vientos y volcanes nace el artista César Manrique, allá por 1919 en la isla de Lanzarote. Un lugar casi desértico, azotado por los alisios. Un paisaje de volcanes extintos y malpaís, las llanuras formadas por rocas de origen eruptivo. Manrique pasa los largos veranos de su infancia en la playa de Famara, al norte de la isla. Desde niño se siente “fascinado ante la gigantesca belleza de la naturaleza de Lanzarote”. Aquello forja su personalidad y su sensiblidad artística. A partir de los años 60 será pionero en poner en valor el paisaje y la arquitectura popular de la isla. Gracias a su activismo, y a pesar de los desmanes urbanísticos que él ya denunciaba, Lanzarote es aún “uno de los paisajes primitivos de la Tierra”, en palabras del arquitecto alemán y amigo de Manrique Frei Otto.

Una vez le preguntaron cómo le gustaría morir. “Completamente desnudo, disfrutando del paisaje dantesco de una gran erupción de lava volcánica en la isla de Lanzarote”, respondió. La visita a su Casa-Museo en Haría impresiona. Parece que se acaba de ir hacia Tahíche, hacia el cruce de carreteras donde perdió la vida en un accidente de tráfico hace 25 años. Tenía 73. Pleno de facultades, energía y alegría de vivir.

Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com

 

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