septiembre 8, 2017

Butaca de Gallinero: Olivia

columna_raguirre_cabecera_gr

Tecleo estas líneas temeroso de la urgencia de la caducidad humana. Sólo confío en que, en el momento en que aparezca publicada esta columna, la parca no haya decidido malograr la vigencia de su contenido. Y este no es otro que Olivia de Havilland. Escribo este texto cuando la coprotagonista de Lo que el viento se llevó acaba de cumplir 101 años. Kirk Douglas y ella son los únicos supervivientes del Hollywood clásico. Una era en la que las películas no tenían números romanos al final del título (el Ricardo III de Laurence Olivier no cuenta) ni se inspiraban en viejas series de televisión de éxito. Un tiempo en que los actores y las actrices trabajaban a destajo y el glamour había que ganárselo a pico y pala.

Pero no me fascina tanto la longevidad de la partenaire del Capitán Blood, como la mala virgen que le sigue corriendo por las venas a Melania. A pesar de los achaques, el crujir de huesos y el cansancio que genera medio siglo posado en cada hombro, a la mujer le ha faltado tiempo para demandar a la productora FX por sacarla en la serie Feud: Bette y Joan, encarnada por Catherine Zeta-Jones, como una chismosa irredenta. Ole, ole y ole. No sé si la demanda prosperará, pero seguro que pleitear le da más vida que ver la teletienda en su apartamento parisino. O que comprar velas de cumpleaños.

Roberto Aguirre © humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Roberto Aguirre

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados