noviembre 24, 2017

Península Histérica: Democracia

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El penúltimo capítulo del affair Cataluña recuerda a la huida de Badia y Dencas por las alcantarillas tras la proclamación del Estado Catalán en el 34, mientras Companys se quedaba en Barcelona a dar la cara; pero lo cierto es ya hay algunas conclusiones que extraer de lo ocurrido hasta el momento. La doble respuesta de la intelligentsia catalana a la hora de enfrentar la respuesta del Estado ha sacado a relucir las costuras de un modelo que todavía conserva demasiadas rémoras de una Dictadura de 40 años. Era algo conocido, pero que la presencia de Puigdemont en Bélgica ha ayudado a internacionalizar.

Es intolerable el encarcelamiento de personas que ni han recurrido a la violencia, ni tenían intención de huir. La distinta respuesta de la Audiencia Nacional, un tribunal puesto en cuestión en repetidas ocasiones, y el T. Supremo muestra los efectos de una Justicia que no es lo ciega que debería. E igualmente intolerable la humillación al conducirles a prisión. Si le sumamos, no sólo la falta de pluralidad, sino incluso de mesura, y la prepotencia de la gran mayoría de los medios de comunicación tanto públicos como privados a la hora de analizar e informar sobre la cuestión catalana, no es de extrañar que también ahora en Europa piensen que la democratización total del Estado español todavía sea una cuestión pendiente.

Miguel Fernández © humorenlared.com

 

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