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Una guerra que dure un día ya es demasiado larga. Así que el conflicto sirio hace tiempo ya que se convirtió en un exponente más de la irracionalidad humana y del peso deleznable de la geopolítica internacional en la vida de millones de personas inocentes.
Pero entre tanta miseria surgió una esperanza. En una región condenada, por efecto del imperialismo y las religiones, a décadas de infortunio y vileza; un pueblo sometido durante siglos, el kurdo, ha sido capaz de construir en las peores condiciones un modelo basado en la racionalidad, la igualdad y la justicia, independientemente del género, la religión o la etnia. La expresión de ese modelo ha dado en llamarse Rojava.
El Confederalismo Democrático que propugnan podría tomarse como una alternativa viable para superar el enfrentamiento que divide a un país destrozado. Pero esa alternativa es demasiado peligrosa para Estados autoritarios y prefascistas como la Turquía de Erdogan y la Rusia de Putin. Y Occidente, con el bárbaro Trump a la cabeza, les dejará caer en cuanto ya no le resulten útiles como carne de cañón. La que podría ser una solución al problema, les resulta, a todos, demasiado peligrosa por su ambición democrática.
Como siempre, corren malos tiempos para la razón.
Miguel Fernández © humorenlared.com |
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