noviembre 17, 2018

Mens Insana: ¿Orden y progreso?

Aunque nos joda seguimos anclados en estereotipos. Nos dejamos seducir por el espejismo de una falsa verdad porque alimenta nuestra ilusión y alivia ese anhelo de querer entender este mundo. Cuando una piensa en Brasil inevitablemente se le llena la cabeza de fiesta, fútbol, violencia, putas, carnaval y plumas. Sonrisas inmensas. Buen rollito. Mucho cuidado.

Antes de Bolsonaro no imaginaba que semejante sujeto pudiera embaucar a un pueblo tan mestizo y plural. Nayara es brasileña y tampoco lo entiende. No entiende cómo sus amigos negros han podido votar a un racista homófobo. A un ex militar de talante autoritario y contrario a la conquista de los derechos de las mujeres, minorías raciales y colectivo LGBT. Han surgido grupos de arrepentidos en las redes sociales. Votantes de Bolsonaro que ahora se muestran descontentos con sus planes. Pero si algo no es el fascismo es hipócrita. Torturador sí. Hipócrita no. Nayara tampoco entiende cómo sus amigas han votado a un misógino. El Twitter de Bolsonaro arde. «Votei em Bolsonaro mas essas atitudes são de um completo imbecil», dice alguien. Nayara ríe amargamente. Poco más se puede hacer.

Sheila Blázquez © humorenlared.com

 

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