marzo 11, 2019

Juego de niños: Infierno

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Y yo que iba al cine a distraerme un rato. Vaya que si me distraje. Me olvidé de mis cuitas en el minuto uno. Nunca me impactó tanto la descripción de la miseria. Cafarnaúm, la última película de la directora libanesa Nadine Labaki, no deja indiferente a nadie. Premios en Cannes y en San Sebastián, nominación al Oscar, y la crítica dividida. Para algunos, la lucha por la supervivencia de Zain, un niño de 12 años en las calles de Beirut, es pura “pornografía emocional”. Para otros, Labaki muestra una verdad insoportable con la maestría de quien lleva al espectador desde la emoción a la reflexión.

En francés, capharnaüm significa caos, confusión, desastre. La película es un descenso al abismo, una bofetada que despierta las neuronas. Hacinamiento, hambre, matrimonios forzados, niños abandonados, venta de personas, miseria y más miseria material y moral. Como dice Labaki “me di cuenta de que todo eso junto era ‘Cafarnaúm’. Porque en realidad, vivimos en el infierno”.
Cuando una parte de la crítica acusa a la directora de hacer “porno-miseria”, ella responde que la realidad es mucho más cruel. Palizas, vejaciones, abusos, violencia explícita que no aparece en la cinta pero que en el mundo ¡oh sorpresa! está por todas partes. También tacharon a Chaplin y a Vittorio de Sica de lacrimógenos cuando rodaron El Chico y Ladrón de bicicletas. Pues eso.

Elene Ortega Gallarzagoitia © humorenlared.com

 

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