julio 6, 2019

Puños fuera: A dieta

columna_jtxo_cabecera_gr

En mi díscola juventud, no hice ascos a la carne, como era lo propio de la época. No es que prefiriéramos la carne blanca a la roja; mayormente esta última no estaba a nuestro alcance. Aún y todo, algunos colegas sí que la mordisquearon, pagando por ello su alto precio. Como radicales y tropicales, éramos en todo caso más de buffet libre que de que menú impuesto desde fuera por algún autoproclamado club experto. Básicamente, alabábamos el picoteo espontáneo y de vez en cuando participábamos en alguna merienda, donde a falta de jamón, tirábamos de mortadela.


Ahora, cuando la población vasca vive con nuevos hábitos alimentarios y lejos por reflexión propia, de los excesos proteínicos de antaño, las autoridades continúan aturdiendo con su matraca de proscribir el consumo de carne y de prescribir las virtudes de la dieta patria. Y para más inri y en recuerdo de su pretendida victoria, cada tanto nos enchufan caldo de huesos de vaca vieja. Flaco favor hacen a su causa, recordando así añejos sabores que se iban borrando con el tiempo. Aunque, ante las privaciones de tanta dieta, ¿quién no sueña, alguna noche y de puntillas, asaltar clandestino la nevera?

Jtxo Estebaranz©humorenlared.com

 

Pincha aquí para ir a otras columnas de Jtxo Estebaranz

Pincha aquí para ir a las columnas de los colaboradores más buscados