En nuestra Historia hay contradicción. Terror. Horror. Maldad. Pero también hay ternura. Y razón. Amenábar presenta una obra exquisita, Mientras Dure La Guerra, en la que acaricia nuestras cicatrices de guerra y nos muestra a un genio atribulado, corroído por la contradicción pero firme en sus convicciones. Unamuno trata de sobrevivir. Y protege a los suyos cuando todavía ni él es capaz de imaginar el horrible devenir que les aguardaba. En una guerra civil que estaba perdida desde el principio, Elejalde nos toma de la mano y nos lleva a conocer el lado más humano del escritor. Con sus angustias, sus anhelos y frustraciones. Nos empuja a vibrar con ese poderoso discurso del «Venceréis pero no convenceréis».

Emociona esa fuerza y convicción de alguien tan aparentemente frágil. Y rugimos en silencio desde nuestra butaca viendo esas hordas de fascistas chillando y despeinándose, ávidos de sangre y muerte. Sin importarles nada más. Sufrimos porque le comprendemos. Y es inevitable sentirse como un náufrago desesperado. A la deriva. En un mar de sinsentido y caos, que amenaza con tragarte sin piedad. Cuánta razón. Pues aún todavía seguimos vencidos pero nunca convencidos.

Sheila Blázquez © humorenlared.com