Mens Insana: Cuba
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La Habana huele a gasolina y azufre. Es un olor ardiente y penetrante que sacude la garganta. También huele a café y a pan recién hecho. Pero son olores antiguos, que sin saberlo vivían ya en nuestra imaginación. Tal vez de cuando nuestros abuelos evocaban su infancia y tratábamos de imaginar el pasado en sus relatos. Ocultos bajo la piel, pero vivos como en los libros. Cuba intensa, vibrante e ingeniosa. Si fuera una mujer sería una mulata de ojos brillantes y profundos, con una sonrisa enigmática que embruja al son de sus movimientos. Es el ron. Un fuego denso que te embriaga y te lleva hasta la locura más dulce.
Sheila Blázquez © humorenlared.com |
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