octubre 13, 2021

Campus Kanpo: Cara a cara

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Cuando voy a alguna entrevista de trabajo siempre digo que me encanta trabajar cara al público. ¿De verdad que alguien se lo cree? Lo dudo. El odio que se tiene a la gente es directamente proporcional al tiempo que se pasa atendiendo a las personas cara a cara. Hay quien dice que todos deberíamos trabajar alguna vez en una tienda o bar para comportarnos mejor como clientes. Pero no nos damos cuenta de que el ser humano es hijo de puta por naturaleza y aprovecha cualquier circunstancia para vengarse de lo que otros le hayan hecho en el pasado.

Hasta hace poco, había una situación que me hacía morderme la lengua especialmente. Una persona, con teléfono a la oreja, conversación muy entretenida con su interlocutor, se acerca al mostrador para que le atienda y no para de hablar por el móvil ni un segundo. Sin embargo, ahora hay otra, cada vez más habitual, que me pone todavía más nerviosa. Una persona, con teléfono en la mano, conversación muy entretenida por Whatsapp, se acerca al mostrador para que le atienda, no para de escribir ni un segundo y ni me mira, ni me escucha. A veces, me cae un hilillo rojo por la comisura de los labios mientras sonrío.

Maite Ortiz de Mendívil © elkarma.eus

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