En primera persona: Carga ideológica
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Llevo tres años procrastinando con un juego gratuito de móvil, de esos de combinar piezas de colores para superar pantallas mientras la aplicación te recuerda constantemente que sería maravilloso que pagaras dinero real para poder avanzar más rápido. Su nombre es Homescapes, de la desarrolladora rusa Playrix. Mi relación con el juego es de amor odio. Amor por la indolencia con la que me paso las horas muertas reventando bloques policromados con bombas de anarquista de serial. Odio por su carga ideológica. Se nos narra la historia de Andy, un mayordomo calvo con rodapié, en su afán por reformar la casa de sus padres, primero, y la suya propia, después. Los valores que destila el juego son: no recicles ni repares cuando puedas comprar, adquiere bienes materiales sólo para impresionar a tus amistades, relaciónate con tus semejantes únicamente cuando necesites algo de ellos y lo diferente es malo o al menos sospechoso. Que sea un juego para niños sólo lo empeora. |
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