julio 16, 2022

Mens Insana: No es fácil

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Vuelven a resonar viejas músicas y las costumbres acuden fieles a su cita. En realidad, la mayoría, tendemos a resistirnos a los cambios que nos cuestan. Planeamos nuestras ansiadas vacaciones con ilusión, en medio de una tormenta de amenazas de huelga de pilotos. Sentimos la mordida de la subida de la gasolina y del carro de la compra pero nos aferramos a esa vida que deseamos retomar casi desesperadamente. La pólvora inunda nuestras vidas pero ahora miramos a Ucrania de lado. Nos acostumbramos a los nuevos presentes y en medio del desastre seguimos a lo nuestro. Con nuestro disfrute. Nuestros viajes. Porque sentimos al resto del mundo como ajeno y lejano.
Todavía recuerdo el derrumbe de 2008. Los ojos fijos e incrédulos ante la pantalla del televisor. Y si había alguna duda las largas colas del hambre las disipaban rápidamente. No sé si será la edad, pero esta vez me resulta mucho más difícil continuar como si lo que está por venir no fuera conmigo. Lo que sí debo es admitir que me inquieta escuchar la misma música en bucle allá donde vaya. Incluso aunque las personas y los lugares no tengan nada que ver entre sí todos terminan conformando una especie de orquesta gigante cuyo ritmo resuena en mi cabeza, sobre todo por la noche. La incertidumbre nos abraza de nuevo. Observemos atentos el transcurso de los acontecimientos, y vayamos preparándonos para lo que sea que esté por venir. Con miedo. Sin miedo. Como sea.

Sheila Blázquez © elkarma.eus

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