enero 22, 2023

En primera persona: Barros y lodos

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En noviembre cumplía 25 años la franquicia Grand Theft Auto. David Jones y Mike Dailly creaban en 1997 un novedoso juego para, en aquel entonces, Rockstar North, en el que podías cometer delitos y escapar de la policía o enfrentarte a ella. En perspectiva aérea y con sprites chiquiticos. Lo del 3D y el mundo abierto llegaría más tarde. La cuestión es que lo que de seminal tiene la saga GTA para cualquier usuario de videojuegos que no haya estado en coma desde 2003 hasta 2013 lo tiene de polémica y cuasidemoniaca para el establishment bienpensante devorador de titulares y perezoso a la hora de contrastar informaciones. La serie de cinco títulos (hasta ahora) de Rockstar Games ha sido calificada de depravada, pornográfica y perversora de la infancia, como si la infancia no viniera pervertida ya de casa.

Lo más gracioso de todo es que crear esa imagen de juego maldito era parte del plan. El juego no era más violento que otros de la época pero el publicista Max Clifford, contratado para diseñar la promoción del juego, se dedicaría a generar la polémica y calentar a sus señorías (nada que ver con las películas de Savannah) porque lo que te piden que no compres es lo que más te apetece comprar. Lecciones de vida.

Oskar Cano © elkarma.eus

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