diciembre 30, 2023

Juego de niños: El paraguas de Mary

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Hace años encontré en la parada del autobús un paraguas desvencijado. Después de leer Rayuela, me entró esa extraña compasión hacia los paraguas en situación de desahucio. Aquel parecía, con sus volantes, el primo perdido del quitasol de una dama del siglo XIX o la sombrilla de alguna Mary Poppins zombie. Quedó en el fondo de un armario hasta que cierto día decidí restaurarlo. Y allí continuó. Era demasiado rococó para mi estilo.

El otro día me puse a ordenar aquel armario con la fe de quien ordena el contenido de alguna circunvolución cerebral. Vano intento. Varios estratos vitales me cayeron encima nada más abrir la puerta. No aconsejo decidir qué se tira, qué se recicla y qué se guarda si no se tiene un gran día. Porque no, no funciona lo que prometen las influencers del minimalismo. Si no estás de buen humor, ordenar armarios no te alegra el día y mucho menos te arregla la vida. Tener los jerseys ordenados según los colores del arco iris es muy bonito. Sin embargo, no da mucho de sí.

Pero una cosa. El paraguas de Mary me va con el jersey azul añil. Algo es algo, digo yo.

Elene Ortega Gallarzagoitia © elkarma.eus

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