abril 24, 2024

Butaca de Gallinero: Borderlands

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Sé que Oskar Cano me va a odiar por inmiscuirme una vez más en su campo, pero como pienso hacerlo de manera tangencial, y donde hay confianza da asco, doy por sentada su venia y cualquier otro vaso sanguíneo que fuese menester, varicoso o no. Pero no me puedo callar. Aunque al lector informado le pueda sonar a pan de ayer no puedo evitar escribir sobre el tráiler de esa película que pretende hacer con el lore de los videojuegos lo que Hitler con Polonia (gracias Lubitsch). Efectivamente, me refiero a la película de Borderlands.

Aunque su estreno no llega hasta agosto, el avance anticipa algunos de los vicios, tropos, clichés y guiños lamentables que asolan el panorama cinematográfico actual. A saber. Se basa, tarde, en una franquicia de juegos que nació hace 15 años, no vaya a ser que rodar algo original no garantice taquilla o le provoque aneurismas a los guionistas. Salen actores de postín porque la reforma de la piscina de Bel Air no se paga sola. Está repleta de humor de parvulario (nada que ver con la acidez de la fuente original) con el Claptrap cagando tuercas (Jack Black, nunca te perdonaré). La dirige un director malote (Eli Roth) para atraer a la chavalada aficionada al gore aunque el film ni siquiera llegue a la calificación PG13. ¿Deberé tragarme mis palabras? No apostéis.

Roberto Aguirre © elkarma.eus

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