enero 6, 2025

Mens Insana: Porque sí

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Después de cinco años hay una condena por el asesinato del menor Santi Coca. Sería de cierto alivio si no fuera porque es insultante e irrisoria: tres años y seis meses. Eso vale la vida de una persona. No importa que el interfecto agrediera a Iker, hermano de Santi. O que se haya dado a la fuga repetidas veces con el agravio y la vejación que eso le ha supuesto a la familia. Tampoco importa que la madre de Santi, Fátima, haya vivido amenazada por el asesino de su hijo hasta el punto de tener que abandonar la ciudad.

También es irrelevante que más personas participaran en esa paliza mortal en grupo. Han salido impunes. Porque nada importa. Todos ellos caminan tan tranquilos por nuestras calles. La vida no vale nada y matar es gratis. Se puede ejecutar a alguien y destruir una familia porque no hay consecuencias. El ir drogado como atenuante es otro azote impío e implacable para las víctimas que siguen vivas. Maltrato institucional. Así reza el eslogan que frotan por las caras de esta familia: La vida no vale absolutamente nada si no eres hijo de alguien importante. Tu vida no vale nada porque así lo hemos decidido. Porque sí.

Sheila Blázquez © elkarma.eus

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