enero 15, 2025

Puños fuera: Atavismos

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El invento del folklore es tan viejo como el del Estado-nación, o su reverso el nacionalismo. La palabrita comparte su raíz germana con el emblemático volkswagen, el “coche del pueblo” por excelencia desde su fundación en el Tercer Reich hasta su actual planta navarra de Landaben. Nuestro ancestral folklore nace así con la floreciente industria del turismo de fines del XIX, que requería exotismo para fluir las élites desde los balnearios de Biarritz hacia San Sebastián. Así nacieron las competiciones de traineras en La Concha, como antes las demostraciones de pelota en frontones, que consagraban estas neonatas exhibiciones para disfrute de ricos, en deportes populares con tradición milenaria.

En la actualidad, el folklore vasco sigue aumentando nómina a ritmo de las necesidades de un consumo si ayer elitista, hoy para masas. Naturalizado con éxito reciente Halloween como Gau Beltza en el imaginario ancestral vasco, se beatifica ahora a Mari Domingi como bis femenino de Olentzero en el reparto navideño desde la noche de los tiempos. La ya atávica parejita es así la última incorporación en el olimpo costumbrista vasco. Daremos cuenta de la siguiente.

Jtxo Estebaranz © elkarma.eus

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