julio 11, 2022

Gora Euskadi: La llamada a la acción

Los medios de comunicación, y especialmente la prensa, medio veterano en la forja del espíritu ciudadano y el ahormamiento de los modos de pensamiento y conducta de la gente de bien, no deben caer nunca en la tentación desidiosa de la retórica hueca. Si algo hemos aprendido de la prensa ideológica (pasaremos por alto que se trata de una redundancia, quizá incluso de un oxímoron, quién sabe, por una mera cuestión didáctica) es que las palabras deben conducir a la acción directa. Para hacer una tortilla hay que romper primero los huevos (con cuidado de que no caigan restos de cáscara en la clara batida, que no siempre lo crujiente está más rico), y aunque la línea que separa la defensa de la libertad y la justicia del vandalismo nihilista interesado es muy fina y sólo se puede dilucidar tras un estudio exhaustivo de los manuales de estilo y línea editorial, a veces hay que mojarse y trascender la verborrea estéril y la doctrina sin ejemplo. Por eso El Correo, diario de Vocento heraldo de pureza y paz social, a veces debe arremangarse y abrirse la camisa cual personaje de cuadro de Delacroix y ponerse a la cabeza de la turba enfervorizada con titulares como el que aparecía en la portada de la web del periódico el pasado viernes 3 de junio, Santa Clotilde, para más señas. Rezaba así: “Ledesma acogerá 45 pisos turísticos en un inmueble que será derribado”. El concepto «terrorismo» depende siempre de los ojos del que mira, por eso, dada la trayectoria del diario de Vocento, no extraña que haya un llamamiento a la voladura de un edificio en el centro de Bilbao con toda esa caterva de turistas que se atreven a obviar la oferta hotelera de la villa que tan jovialmente anuncia sus parabienes en las páginas del periódico.
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abril 4, 2022

Gora Euskadi: Con propósito

Uno de los principales cometidos de la prensa, que, como nunca me cansaré de repetir, está dotada de una capacidad para la reflexión y la formación del espíritu muy superior a la de otros medios de comunicación más vacuos y evanescentes, es la de generar propósito. Mucha gente poco atenta a los detalles podría pensar erróneamente que los periódicos se limitan a informar de lo que sucede a nuestro alrededor, sin reparar en que también guían nuestros pasos en la dirección correcta. Le dan un sentido a nuestra vida a través de las noticias, que seleccionan con el mismo mimo que Juan Valdés recolectaba el café antes de pasarse a la distribución de alcaloides, empresa mucho más lucrativa. Nuestra circunstancia, nuestro devenir, nuestras costumbres, nuestros hábitos, nuestra vida en definitiva, necesitan de ese propósito que nos otorga el medio prensa a través de la palabra. Porque sin él no somos más que cascarones vacíos, con voluntad pero sin una meta. Y es exactamente lo que hace El Correo a través del titular “Uno de cada cinco jóvenes está en riesgo de uso adictivo de las pantallas”, que encabeza la información a cuatro columnas de la página 47 del pasado miércoles 2 de marzo. Esas dos líneas impresas nos alertan de las debilidades de nuestra juventud, que vive pegada al brillo iridiscente de su celular, sin obtener de él más que un placer efímero y fugaz, como el orgasmo de un conejo o la gracia de un chiste de Broncano. Estímulos pecaminosos sin finalidad ni causa, que, con tanta promesa de entretenimiento gratuito, alejan a las generaciones más jóvenes de la recta vía, la austeridad moral, la mesura en el consumo de la información y la suscripción de 6,95€ del periódico on line.
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enero 2, 2022

Gora Euskadi: Adiós, muchachos

Uno de los máximos deberes de la prensa libre es la defensa del desvalido. Del desprotegido. Del inane ante el mundo, hostil y depredador, que le rodea. Los medios de comunicación, como es bien conocido, siempre saben revolverse hasta zafarse de la correa con la que les aferran los poderes establecidos. Es el sagrado deber del cuarto poder. Los periódicos se caracterizan por driblar el marcaje implacable a que les somete la dictadura del anunciante y la entidad financiera que gestiona su solvencia económica. Siempre, como digo, para proteger al ciudadano o colectivo abrumado por el peso de la sociedad. Pero esa salvaguarda del desamparado puede hacerse con humor y desenfado, porque el chascarrillo y la chanza ayudan a tragar esa píldora amarga que es asumir que vivimos en un cosmos que persigue al diferente. Aupado en la autoridad moral que le caracteriza, y que le sirve de bitácora y sextante para navegar en la negra noche de la injusticia, el diario El Correo dedicó el miércoles 8 de diciembre un desplegable para documentar el semblante de José Ignacio Munilla, anterior obispo de San Sebastián, recolocado en la diócesis de Orihuela-Alicante cual vulgar trabajador de La Naval de Sestao. De entre todas las páginas destaca la 34, con un texto central a cinco columnas titulado “Un mandato de difícil comunión”. El ensalzamiento de la diferencia a través del humor. Cómo no querer a la cabecera de Vocento.

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