En este eterno verano de calentamiento global, el color verde ha pasado a ser marca de calidad del actual otoño del capitalismo. Que se lo digan a la gente de Gasteiz, distinguida con méritos internacionales en las tribunas sistémicas de la sostenibilidad por los éxitos de su verde capitalidad. Ante la inminencia de la crisis capitalista, ya dijo el por entonces presidente socialista Zapatero, que él sin embargo veía en la economía patria brotes verdes. Ahora, ante los renovados avisos de derrumbe que todos de nuevo ignoran, vuelve el visionado en verde. (Más…)

En el jauja vasco, existen quienes defienden aún su permanencia en la clase media, entendida esta como la que media entre el segmento de los pobres de solemnidad y el de los ricos de aúpa. Para estos acomodados, todavía es válido el esquema social de los tres tercios, el que sitúa arriba a los privilegiados, abajo a los desfavorecidos y en el justo medio a ellos mismos, irresponsables de cuanto ocurre y paganos sufridores de los vaivenes de economía y política. La defensa de su prosperidad se articula sobre su oportuno y trabajoso ingreso en el ascensor social que les colocó, por propio mérito, en los pisos del medio. (Más…)

En mi díscola juventud, no hice ascos a la carne, como era lo propio de la época. No es que prefiriéramos la carne blanca a la roja; mayormente esta última no estaba a nuestro alcance. Aún y todo, algunos colegas sí que la mordisquearon, pagando por ello su alto precio. Como radicales y tropicales, éramos en todo caso más de buffet libre que de que menú impuesto desde fuera por algún autoproclamado club experto. Básicamente, alabábamos el picoteo espontáneo y de vez en cuando participábamos en alguna merienda, donde a falta de jamón, tirábamos de mortadela.

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