Campus Kanpo: Hacia atrás
![]() |
|
| Algunas noticias de prensa me indignan y no por el contenido en sí, sino por las palabras utilizadas para explicar un hecho. ¿Por qué tenemos que decir la nacionalidad de los delincuentes? ¿Es un dato tan relevante? Creo que en el 90% de los casos, sobra. La mayoría de la gente es muy xenófoba y lo mejor de todo es que no se da cuenta de ello. Y si a eso le sumamos que estamos inmersos en plena crisis económica, el miedo agudiza todavía más nuestros instintos más egoístas. Si algún ayuntamiento del norte de España defendiese que solamente los de pelo moreno y piel clara deberían tener derecho a cobrar ayudas sociales, seguramente sería apoyado por la mayoría. Y aunque fuese cierto que algún rubio se aprovechase de las RGI, no habría que generalizar. (Más…) |
|


El 24 de agosto de 1944 la cosa no pintaba bien para París. La ciudad de la luz, ocupada por la Alemania nazi, estaba a punto de ser tomada por los aliados. El general Von Choltitz (Neils Arestrup) recibe la orden de Hitler de volar los puentes y edificios emblemáticos de la ciudad para que cuando la ciudad caiga el ejército de liberación solo encuentre ruinas y escombros. Algo así como rajar el balón de reglamento que le robaste a tu vecino antes de devolvérselo, persuadido por las amenazas de su primo, practicante de thai boxing. Como todo el mundo sabe, SPOILER ALERT, París no fue destruida. Superman II hubiese quedado muy deslucida sin Torre Eiffel. El culpable (de la salvación de París, no de Superman II), según la película de Volker Schlöndorff (ganador del Oscar por El tambor de Hojalata, también con nazis), es el cónsul sueco Raoul Nording (André Dussollier). 

