La que te pone la barra de pan, el que te intenta vender un coche en el concesionario, la que te atiende en la tienda de ropa, el que barre tu calle, el telefonista, el que te vende un helado y el que limpia los cristales de tu sucursal bancaria en muchos casos son músicos de mucho nivel que, por el bien de todos, deberían disponer del grueso de su tiempo para tocar, estudiar, componer y pensar en música. Viviendo de ello, claro, en base a unos resultados en forma de un buen repertorio, un buen disco o un espectáculo bien preparado. (Más…) |