diciembre 26, 2011

Hotel y Domicilio: Paul

Dos frikies con diploma, Graeme Willy (Simon Pegg) y Clive Gollings (Nick Frost) acuden a la ComiCon de San Diego y luego deciden hacerse la ruta de avistamientos de ovnis. Desde Roswell hasta el Área 51. Como no podía ser de otra manera, por el camino se encuentran a Paul, un alienígena al que enseguida toman cariño a pesar de sus ojos sin iris del tamaño de un pomelo, su piel gris sin vello y sus maneras de secundario cómico de una serie de los 80.
A pesar de la poca originalidad de la idea, la inclusión de personajes como el agente especial (Jason Bateman) que les sigue la pista, la joven ultracristiana (Kristen Wiig) convertida al decadentismo extraterrestre o la jefa cazadora de aliens (Sigourney Weaver, todo un acierto de casting) contribuyen a levantar el film, convencional con momentos. (Más…)

noviembre 28, 2011

Hotel y Domicilio: Mammuth

Serge Pilardosse (Gérard Depardieu), empleado en un matadero, se jubila. Pero lo que prometía ser un retiro dorado, tranquilo, plácido y lo más inactivo posible, se termina torciendo. No solo estar jubilado no es tan agradable como lo pintan (lidiar con charcuteros impresentables puede ser toda una experiencia cuando uno nunca ha acostumbrado a hacer la compra). Para más INRI, le faltan diez certificados de sus antiguo trabajos que debe acreditar para poder quedarse tranquilo y cobrar el total de la jubilación.
Por todo ello, se monta en su vieja moto Mammoth, que ya era vieja cuando los alemanes invadieron Francia (en la guerra franco-prusiana) y a la que debe su apodo, y se pone a recorrer el país, buscando la ubicación de antiguos empleos y compañeros de trabajo. (Más…)

octubre 24, 2011

Hotel y Domicilio: El Castor

La premisa argumental de El Castor es de las de torcer el morro, revirar los ojos hacia el cielo, apretar los labios y adoptar una posición corporal que denote incredulidad cuando no indignación. Walter Black, un hombre casado (con Jodie Foster, la directora) y con un hijo, ha arruinado su vida y su negocio por culpa de una depresión profunda que no se le termina de quitar ni viendo películas de Pajares y Esteso. Para poder salir del bache lleva en su mano izquierda la marioneta de un castor, que dice lo que Walter no se atreve a decir. En un momento de impotencia supina, cuando la mujer (muy amorosa ella, eso sí) le echa de casa y a punto está de arruinar su negocio, es el castor de felpa el que le impide suicidarse. A partir de este momento el señor Black decide tomarse las cosas en serio y cambiar su percepción del mundo. (Más…)
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